Palacio de Mondragón
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Uno de ellos es el Palacio de Mondragón y te contamos un poco su historia para que cuando lo visites disfrutes de su encanto al máximo.
Cuenta la leyenda que, el Palacio de Mondragón, también conocido como Palacio del Marqués de Villasierra, fue construido por el rey de Ronda, Abomelic, a principios del siglo XIV. Fue sede de los sucesivos gobernadores que tuvo nuestra ciudad, el último El Zegrí bajo la época nazarí.
De este periodo no queda nada, ya que fue prácticamente reedificado a finales del siglo XVI por Melchor de Mondragón, del linaje donde toma su nombre. Posee unos pasadizos subterráneos que comunican con el antiguo castillo de la ciudad. Es toda de piedra, con unas preciosas torres mudéjares.
La portada es quizás la más importante de Ronda, a base de doble orden de columnas pareadas sobre pedestal dórico el bajo, y jónico apilastrado el alto. Se corona la organización con un frontón curvo. Sobre la clave del dintel de la puerta se adosa un magnifico escudo nobiliario de los Mondragón, interesando dintel, arquitrabe y friso, y con la corona desarrollada sobre la cornisa. El orden alto sirve para alojar la tercera ventana de la planta alta y se protege con estupenda barandilla de cerrajería. También se debe resaltar la rica decoración del friso del orden alto, mediante temas muy sencillos de inspiración arquitectónica, en pequeños recuadros cajeados, así como los roleos y soles que decoran los fondos del frontón.
Es primoroso el patio de entrada con galería en dos de sus testeros, con arcos de medio punto, arquitrabe, friso decorado con triglifos, metopas y cornisa, todo magníficamente labrado en ladrillo, sobre columnas de mármol con basa y capitel corintio renacentista de gran calidad. En el triángulo curvilíneo formado por los arcos y el arquitrabe se abren óculos circulares, constituyendo un elemento muy característico de la organización.
En este patio y en el ángulo que forman las galerías, arranca la escalera principal, cubierta con bóveda de media naranja sobre pechinas profusamente decorado en escayola pintada, de gran sabor popular.
Contiguo a este patio existe otro, adintelado, organizado con basas, columnas y capiteles aprovechados de muy diversa procedencia pero de gran interés. Los dinteles se apoyan sobre zapatas de madera montadas sobre los capiteles. Tiene galería en tres de sus lados y sólo se conserva en planta baja.
De gran belleza es el patio más cercano a la cornisa del tajo por el que se accede al jardín. Es un patio mudéjar, muy original con triple arquería baja en tres de sus lados, constituida por arcos de medio punto primorosamente aparejados en ladrillo raspado sobre columnas de mármol con base, capitel y ábaco.
Todo este cuerpo dieciochesco se ocupa en planta baja con el apeadero y la cuadra y en planta alta con magnífico salón cubierto con artesonado de tres paños y dos alcobas laterales cubiertas con envigados. Del artesonado son muy ricos los temas del almizate, con lazos y piñas de ocho lados.
Y ahora que sabes un poco de su historia… ¿a qué estás deseando pisar este lugar?
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